Es hoy día, un término que se utiliza para hacer referencia a todas las conductas o acciones que realiza un adulto para ganarse la confianza de un menor de edad, con el objetivo de obtener beneficios sexuales.
En
virtud de la definición dada, se puede concluir que el grooming es un tipo de
acoso por parte de los pedófilos y pederastas. Como tal, el agresor busca
persuadir al niño para crear una “amistad”, y de esta manera lograr un
acercamiento que le permita obtener imágenes, vídeos con contenido sexual, e
inclusive un posible acercamiento físico para abusar sexualmente de la
víctima.
El
grooming, en primer lugar, estudia a la víctima al conocer cuáles son sus
intereses, gustos, actividades, entre otros. Generalmente, el primer contacto
se realiza en las redes sociales, y en ocasiones el agresor falsifica su
identidad pasándose por otro menor de edad, lo cual le facilita obtener todos
los datos personales del menor ya que le crea más confianza a la víctima.
Una vez
consolidada la relación de amistad y la confianza, el agresor no duda en
empezar el acoso sexual, solicitando al menor material pornográfico, o un
encuentro sexual. De lograr su cometido, el agresor le pedirá cada vez más
imágenes o vídeos que lo satisfagan, y en el caso de obtener en alguna oportunidad un rechazo por parte de
la víctima, será chantajeada por parte
del agresor con la amenaza de divulgar
todo el material que posee e informar a sus familiares sobre la situación.
Con base
en lo anterior, una vez publicadas las fotografías, videos y otro material de
contenido sexual del menor de edad, puede afectarlo con el “ciberbullying”,
logrando consecuencias devastadoras a nivel psicológico y emocional a la
víctima. Es por ello, la importancia de los padres de mantener una constante
comunicación con sus hijos, en la cual incluya las consecuencias y riesgos del
grooming y otras prácticas similares, así como la supervisión regular de sus
aparatos electrónicos, y de sus redes sociales.
Por otro
lado, actualmente existen diferentes aplicaciones que permiten vigilar las
conversaciones llevadas a cabo en los chats, mensajerías instantáneas, y todas
las actividades que se relacionan con el grooming.
El
grooming es visto como un ciberdelito que aumenta con frecuencia, algunos
países ya lo han incluido como un delito en su ordenamiento jurídico, como es
el caso de Argentina, Chile, España, entre otros. No obstante, en otros países
a pesar de no estar tipificado como delito en su cuerpo de leyes, se han creado
departamentos específicos, los cuales se especializan en la vigilancia y
detención de este tipo de delito con el objetivo de disminuir su
incidencia.
Grooming
en México
En
México, aproximadamente uno de cada siete menores de edad ha pasado por una
situación de grooming, siendo considerado como un nuevo ciberdelito que se
presenta con mayor frecuencia, por lo que se creó un departamento, conocido
como Ciberdelincuencia Preventiva del Distrito Federal, que tiene como función
la realización de ciberpatrullaje con el objetivo de disminuir su incidencia.
Grooming
y sexting
El
sexting es la difusión o publicación de contenido sexual realizado por el
propio individuo.En este sentido, se debe diferenciar dos tipos de conductas: el sexting activo del sexting pasivo. La primera conducta, se refiere a las fotografías o vídeos con posturas insinuantes tomadas por la propia persona, por su parte, la segunda es la recepción de materiales sexuales de personas conocidas, enviadas a las diferentes redes sociales o salas de chats.