Aunque la realidad supera a la ficción por la experiencia tridimensional, esto no impide que los desarrolladores busquen continuamente alguna forma de mejorar o transformar dicha realidad.
Las tecnologías que persiguen esa transformación son la realidad virtual (VR) y la realidad aumentada (AR).
A continuación exponemos las 5 principales diferencias entre ellas para entender mejor sus peculiaridades.
1. La realidad virtual es una realidad distinta y la realidad aumentada transforma la actual:
La realidad virtual "traslada" al usuario a una realidad diferente de la suya: permite viajar en el tiempo y el espacio, volar o sumergirse en el océano. Ofrece una experiencia en un mundo paralelo y diferente en el que puede interactuar.
En el caso de la realidad aumentada, se aprovecha el entorno más cercano del usuario para ofrecerle información digital sobre el mundo real, complementando lo que percibe a través de sus sentidos.
2. La realidad virtual requiere siempre de un dispositivo:
La tecnología sobre la que se basa la realidad virtual es la antigua metodología de la estereoscopia: en ella se muestra una imagen ligeramente diferente a cada ojo, ofreciendo así una sensación
tridimensional. Se requiere un dispositivo que aísle visualmente al usuario del mundo real, como por ejemplo las gafas Oculus Rift. Además de los efectos visuales, se conecta también a unos guantes y permite interactuar con la realidad, tocando objetos o realizando otras
acciones.
La realidad aumentada no necesita de un dispositivo llevado por el usuario. En ocasiones puede ser el teléfono móvil o una pantalla interactiva los que ofrezcan la posibilidad de iniciar la realidad
aumentada en el lugar donde se encuentre el usuario.
No obstante, algunas empresas sí están desarrollando dispositivos específicos de realidad aumentada para hacer la experiencia más interactiva.
3. La realidad aumentada ha encontrado usos más diversos:
Mientras la realidad virtual está ahora limitada al entretenimiento digital, la realidad aumentada ha encontrado aplicaciones en campos como el deporte, la medicina y la información. En el campo médico, permite por ejemplo visualizar los vasos sanguíneos, proyectándolos
sobre la piel para facilitar el trabajo del personal sanitario.
La AR tiene además usos educativos: WordLens reconoce mediante la cámara del móvil un texto para traducirlo al idioma requerido por el usuario.
4. La realidad virtual es ahora más compleja que la aumentada… pero la tendencia se invertirá:
La realidad virtual está limitada actualmente por el dispositivo que requiere para la inmersión del usuario, que aún está en desarrollo.
Resulta sin embargo curioso ver que para la realidad aumentada Microsoft también está lanzando HoloLens, unas gafas que buscan liberar al usuario del uso de la pantalla fija, con proyecciones
holográficas sobre otros elementos como pueden ser una pared o una mesa.
5. La realidad virtual basa su negocio en la venta del producto y la realidad aumentada, en la interacción:
Los dispositivos de realidad virtual disponibles tienen un precio de entre 600 y 800 euros aproximadamente. El usuario puede entonces adquirir películas y videojuegos con los que utilizarlos y experimentar así esa realidad paralela. En la mayoría de los casos, la transacción comercial termina allí.
En el caso de la realidad aumentada en cambio, la relación comercial se vincula a la venta online de productos y servicios. Una aplicación para organizar el mobiliario de un salón puede tener enlazada la versión online de la tienda de muebles, facilitando la compra instantánea de los artículos que necesitemos.
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