jueves, 28 de febrero de 2013

Inteligencias múltiples

UN NUEVO CONCEPTO DE INTELIGENCIA

Consideramos necesario introducir un nuevo concepto de inteligencia más propio del campo de la cibernética que incluya a los conceptos anteriores y a la vez permita revelar nuevas regularidades relacionadas con el comportamiento de los sistemas educadores.
Aquellos procesadores de información que son capaces de determinar uno o varios eventos favorables pertenecientes a un universo de infinitos eventos posibles reciben el nombre de procesadores inteligentes.
A la capacidad propia de los procesadores inteligentes que le permite determinar al menos un evento favorable perteneciente a un universo de infinitos eventos posibles se le llama inteligencia. (A esta definición de inteligencia le llamaremos definición de inteligencia como procesamiento de lo infinito)
Veamos pues, como se relaciona la definición de inteligencia "como procesamiento de lo infinito" con las definiciones de inteligencia más aceptadas hasta el momento.
Comencemos señalando que si un sistema esta dotado de capacidad para resolver los problemas que obstaculizan el cumplimiento de su misión, entonces han de ser capaces de determinar comportamientos favorables, para los propósitos del sistema, entre los infinitos comportamientos posibles a asumir por el sistema: Cuando un sistema se encuentra ante una situación problémica existen infinitos posibles comportamientos a adoptar por éste. Para dar solución al problema planteado el sistema debe ser capaz de asumir un, y sólo un comportamiento, que sea favorable con relación al problema planteado. Lo que significa que si el sistema está dotado de capacidad para resolver problemas, estará capacitado también para elegir comportamientos favorables dentro de un universo de infinitos comportamientos posibles. O sea que si el sistema es inteligente tomando a la inteligencia como capacidad para resolver problemas, será también inteligente considerando a la inteligencia como procesamiento de lo infinito.
Pero además, si un sistema es capaz de elegir comportamientos favorables para la causa del sistema dentro de los infinitos comportamientos posibles, entonces está dotado de capacidad para resolver los problemas que obstaculicen el cumplimiento de la misión del mismo. Como se puede observar la definición de inteligencia "como procesamiento de lo infinito" es equivalente a la definición de inteligencia "como capacidad para resolver problemas".
Por otro lado si la actividad del sistema está presidida por algún propósito a alcanzar, la propia existencia del sistema indica que éste ha sido capaz de mantener el equilibrio dinámico que caracteriza su comportamiento y por consiguiente ha sido capaz de elegir los comportamientos favorables correspondientes a dichos estados de equilibrio. En el sentido opuesto se debe señalar que la primera condición con que debe contar un sistema para poder elegir comportamientos favorables es que de manera explícita o implícita éste tenga conocimiento de dicha misión, o lo que es equivalente tenga un propósito o fin a alcanzar. O sea que hemos mostrado que las definiciones de inteligencia "como procesamiento de lo infinito" y "como actuación según un propósito" son equivalente entre sí. Se puede agregar además, que por carácter transitivo son también equivalentes las definiciones de inteligencia "como capacidad para resolver problemas" y "como actuación según un propósito".
La capacidad de aprender es inherente también al enfoque de inteligencia como procesamiento de lo infinito. Una vez que el sistema ha asumido un comportamiento determinado dentro de infinitos comportamientos posibles, ha de someterse a evaluación no sólo cuan favorable ha resultado dicha elección para los propósitos del sistema, sino también los mecanismos metacognitivos que intervinieron en la toma de esa decisión. O sea que el sistema no sólo ha resuelto la situación problémica a que se ha enfrentado, sino que se ha desarrollado, ha crecido, ha aprendido.
PROBLEMA QUE SUSCITÓ EN SURGIMIENTO DE LA INTELIGENCIA.

Los sistemas educadores son sistemas cibernéticos toda vez que su actividad puede ser caracterizada por la adquisición, procesamiento, almacenamiento y toma de decisiones a partir de la información que ingresa al sistema. Son también sistemas dinámicos, dado que son capaces de asumir comportamientos en dependencia de la información que ingresa al sistema. Pero además los sistemas educadores son sistemas inteligentes, capaces de elegir comportamientos favorables dentro de un universo de infinitos comportamientos posibles.
El carácter cibernético, dinámico e inteligente de los sistemas educadores indica que estos sistemas han de manifestar un equilibrio dinámico. O sea un equilibrio que puede ser comparado con el de un acróbata cuando se encuentra en "la cuerda floja", donde cada situación en que se encuentra el sistema requiere de una respuesta inmediata y precisa (que debe ser elegida dentro de las infinitas respuestas posibles) que lo mantenga en el estado deseado.
La determinación de esos comportamientos precisos por la vía del azar, bajo un proceso de generación aleatoria y evaluación se torna inconsistente, toda vez que la probabilidad de elegir esos eventos favorables es cero (dado que resulta de la división de un número finito por el infinito). O sea que sólo una capacidad que permita procesar lo infinito, permitiría a los sistemas educadores superar los constantes obstáculos que se anteponen al cumplimiento de su misión.

A partir de lo expresado se puede afirmar que la inteligencia constituye una capacidad imprescindible para el surgimiento de los sistemas que exhiben un equilibrio dinámico (como por ejemplo la vida), dado que es prácticamente imposible que un sistema atine a "ciegas" a un comportamiento satisfactorio entre los infinitos comportamientos posibles a asumir por el sistema.

María Notarfrancesco
Prof. Universitaria de Ciencias de la Educación
Psicopedagogía-Postgrado en Informática Educativa

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